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Somos una empresa dedicada a la traducción, asesoramiento lingüístico y corrección de textos que a través de este espacio daremos tips y recomendaciones sobre el uso adecuado de la lengua española. ¡Bienvenidos!
miércoles, 29 de agosto de 2012

Recomendación del día


Siguiendo la línea de términos de textos económicos, hoy les presente el término royalty. Este anglicismo lo he encontrario varios textos ecónomicos, pudiendose sustituir tranquilamente por sus equivalentes regalía, canon o derechos de autor, según sea el contexto.

Según el Diccionario panhispánico de dudas, el término royalty designa la “cantidad que se paga al propietario de un derecho a cambio del permiso para ejercerlo”, en cuyo caso se pueden emplear términos como regalías o canon. También hace referencia al “dinero que debe percibir el autor de una obra artística o el titular de una patente a cambio del permiso para su explotación comercial”; en este caso debe sustituirse por las expresiones derechos de autor, de autoría, de patente, de reproducción, etc.

De este modo, entendiendo mejor el contexto podemos aplicar los equivalente aceptados como regalía, canon o derechos de autor sin la necesidad de recurrir al término royalties. También debemos considerar al momento de la traducción la opinión del cliente y el uso de este texto.
Les dejo este documento de técnicas de traducción, breve y conciso pero útil: TÉCNICAS DE TRADUCCIÓN
lunes, 27 de agosto de 2012

Palabra del día


Un poco desaparecidos del mundo virtual, pero regresamos con un monton de ideas y llenos de buenas noticias. Pronto tendremos novedades como para iniciar el mes de los traductores: Setiembre.

Hoy aperturamos una categoría nueva en este blog con el fin de seguir enriqueciendonos en los traductológico y lo linguistico. Esta nueva categoria abarca el léxico popular peruano que muy bien manejamos y somos artistas en su creación. Quién no ha usado alguna vez un peruanismo para referirse o nombrar una situación, cosa, persona, etc. es por eso la iniciativa de exponer un poco de estos términos.

En la feria del libro 2012 encontré muchos tesoritos y a muy buen precio, dentro de ellos adquirí un libro llamado Léxico Popular Peruano de Luisa Portilla Durand . Simpre me ha interesado ver de donde provienen las frases o términos más conocidos de nuestro entorno, y tuve la suerte de toparme con este librito que está buenisimo. Me acuerdo que cuando tomé el curso de terminología en la facultad, nos pidieron encontrar términos nuevos en los diarios e investigarlos, fue uno de mis trabajos favoritos y guardó con mucho cariño el resultado de ese trabajo. Por ello, el encontrar este libro, me trajo esos recuerdos y justamente este libro se trata de un riguroso trabajo de investigación del léxico popular en Lima de términos tomados de la prensa nacional.

Pues bien, el primer término que me parece en lo personal interesante y gracioso es:

Calato.- (adj.) desnudo; 2) (m.) bebé. Fernando tiene la extraña costumbre de andar calato por la casa aunque haga frío. / Ayer nació el calato de Elvira.

Escogí este término como el primero porque siento que es el más común y el más representantivo. Si quieren más información sobre este término pueden encontrarlo en Academia Peruana de la Lengua .

lunes, 20 de agosto de 2012

Guía rápida: Mayúsculas


Uno de los principales problemas en redacción son las mayúsculas y las minúsculas, sobre todo cuando abusamos de su uso o copiamos las mayúsculas y minúsculas de otras lenguas. Por eso les traigo una guía rápida del uso de las mayúsculas:

Se escribirá con letra inicial mayúscula todo nombre propio, como son los siguientes:

a) Nombres de persona, animal o cosa singularizada. Ejemplos: Pedro, Alberto, Beatriz, María, Platón, Caupolicán, Rocinante, Platero, Colada, Olifante.

b) Nombres geográficos. Ejemplos: América, España, Jaén, Honduras, Salta, Cáucaso, Himalaya, Adriático, Tajo, Pilcomayo. Cuando el artículo forme parte oficialmente del nombre propio, ambas palabras comenzarán por mayúscula. Ejemplos: El Salvador, La Zarzuela, La Habana, Las Palmas.

Se escribe con mayúscula el nombre que acompaña a los nombres propios de lugar, cuando forma parte del topónimo. Ejemplos: Ciudad de México, Sierra Nevada, Puerto de la Cruz. Se utilizará la minúscula en los demás casos. Ejemplos: la ciudad de Santa Fe, la sierra de Madrid, el puerto de Cartagena.

c) Apellidos. Ejemplos: Álvarez, Pantoja, Martínez. En el caso de que un apellido comience por preposición, por artículo o por ambos, estos se escribirán con mayúscula solo cuando encabecen la denominación. Por ejemplo: señor De Felipe frente a Diego de Felipe.

Se escribirán también con mayúscula los nombres de las dinastías derivados de un apellido. Ejemplos: Borbones, Austrias, Capetos.

d) Nombres de constelaciones, estrellas, planetas o astros, estrictamente considerados como tales.
Ejemplos:
La Osa Mayor está formada por siete estrellas.
El Sol es el astro central de nuestro sistema planetario.
En el último eclipse, la Tierra oscureció totalmente a la Luna.

Por el contrario, si el nombre se refiere, en el caso del Sol y de la Luna, a los fenómenos sensibles de ellos derivados, se escribirá con minúscula:
Tomar el sol.
Noches de luna llena.

En el caso de la Tierra, todos los usos no referidos a ella en cuanto planeta aludido en su totalidad se escribirán también con minúscula:
El avión tomó tierra.
Esta tierra es muy fértil.
La tierra de mis padres.

e) Nombres de los signos del Zodiaco. Ejemplos: Tauro, Aries, Libra. De igual modo, los nombres que aluden a la característica principal de estos signos, como Balanza (por Libra), Toro (por Tauro), Carnero (por Aries), Gemelos (por Géminis), Cangrejo (por Cáncer), Pez (por Piscis), Escorpión (por Escorpio), León (por Leo), Virgen (por Virgo).

Cuando el nombre propio deja de serlo porque designa a las personas nacidas bajo ese signo, se
escribirá con minúscula. Por ejemplo:
Juan es tauro.

f) Nombres de los puntos cardinales, cuando nos referimos a ellos explícitamente. Por ejemplo:
La brújula señala el Norte.

Cuando el nombre se refiere a la orientación o dirección correspondientes a estos puntos, se escribirá con minúscula. Ejemplos:
El norte de la ciudad.
Viajamos por el sur de España.
El viento norte.

g) Nombres de festividades religiosas o civiles. Ejemplos: Pentecostés, Epifanía, Navidad, Corpus, Día de la Constitución, Día de la Independencia.

h) Nombres de divinidades. Ejemplos: Dios, Jehová, Alá, Apolo, Juno, Amón.

i) Libros sagrados. Ejemplos: Biblia, Corán, Avesta, Talmud.

j) Atributos divinos o apelativos referidos a Dios, Jesucristo o la Virgen María. Ejemplos: Todopoderoso, Cristo, Mesías, Inmaculada, Purísima.

k) Nombres de las órdenes religiosas. Ejemplos: Cartuja, Merced, Temple, Carmelo.

l) Marcas comerciales. Ejemplos: Coca-Cola, Seat.

En los casos anteriores, cuando el nombre propio se use como común, es decir, cuando pase a designar un género o una clase de objetos o personas, deberá escribirse con minúscula. Ejemplos: un herodes, una venus. Lo mismo sucede cuando se designa algo con el nombre del lugar del que procede, o con el de su inventor, fabricante, marca o persona que lo popularizó. Ejemplos: un jerez, un oporto, una aspirina, un quinqué, unos quevedos. En este último caso, cuando se quiere mantener viva la referencia al autor, creador o fabricante de la obra, se utilizará la mayúscula inicial. Ejemplos: un Casares, dos Picassos, un Seat.
lunes, 13 de agosto de 2012

Recomendación del día


Tuve una consulta sobre el uso correcto del empleo de los artículos el o un en los porcentajes. Felizmente la Fundación del Español Urgente nos aclara sobre este tema que es muy importante considerar sobre todo en la traducción o redacción de textos en español.

Según la Nueva gramática de la lengua española, de las Academias de la Lengua, el empleo de los artículos el o un es indistinto en la mayoría de los contextos, aunque el primero es el único posible cuando se presenta el resultado de un cómputo, como en «El veinte por ciento de diez es dos» (y no «Un veinte por cierto de diez es dos»).

Por tanto, las formas un 20 % y el 20 % son correctas y significan lo mismo, si bien la primera se emplea más en relación con la economía («Los precios aumentaron un 4 %»), mientras que la segunda se usa en los demás contextos («El 45 % de los usuarios respalda la gestión de Fomento con los controladores aéreos»).

La Fundéu BBVA recuerda que, aunque en la mayor parte de los países hispanohablantes se ha generalizado el artículo en los porcentajes, en algunas zonas sigue siendo frecuente su uso sin artículo: «Diez por ciento de los asistentes».

miércoles, 8 de agosto de 2012

Guía rápida III


Otra guía rápida para el uso correcto de la tilde; esta vez tenemos la tilde diacrítica en los interrogativos y exclamativos:

Cuando reside en ellas el sentido interrogativo o exclamativo, las palabras adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde, qué y quién son tónicas y llevan tilde. Así sucede frecuentemente en oraciones interrogativas y exclamativas. Ejemplos:
¿Qué quieres?
¿Cuál es el motivo?
¿Quiénes son estos señores?
¿Cuándo llega el avión?
¡Qué buena idea has tenido!
¡Cuántos problemas por resolver!
¡Cómo llovía ayer!

También se escriben con tilde cuando introducen oraciones interrogativas o exclamativas indirectas. Ejemplos:

Cuando llegó, le preguntaron qué estaba haciendo allí.
Le explicó cuáles eran esos inconvenientes que habían surgido.
¿Que no sabes dónde desemboca este río?
Comentó cuánto mejor sería resolver el problema cuanto antes.
Todos somos conscientes de qué duras circunstancias ha tenido que superar.

Fuente: Real Academia de la Lengua

Multilingua!
martes, 7 de agosto de 2012

Guía rápida II


Otra guía rápida para no perder la costumbre, esta vez es sobre la diferencia de aun y aún que siempre traen problemillas.

La forma aun es un monosílabo átono, es decir, no lleva tilde nunca, cuando significa “hasta”, “también”, “incluso” (o “siquiera”, con la negación ni): «Aprobaron todos, aun (incluso) los que no estudian nunca»; «Puedes quejarte y aun (e incluso/hasta) negarte a venir, pero al final iremos»; «Ni hizo nada por él, ni aun (siquiera) lo intentó.

En cambio, aún es bisílabo y tónico (se pronuncia /a-ún/). Lleva tilde cuando puede sustituirse por todavía sin alterar el sentido de la frase: «Lo siento pero el doctor aún (todavía) no ha llegado»; «Si vamos en avión el viaje aún (todavía) será más caro»; «He hecho un proyecto perfecto, y aún (todavía) le han encontrado inconvenientes».

En consecuencia, se precisa que el adverbio aún se acentúe en todos los casos en los que pueda ser sustituido por todavía, independientemente de que también pueda sustituirse por otras formas.

Fuente: Fundéu
lunes, 6 de agosto de 2012

Guía rápida

Hoy les traigo una guía rápida de las diferencias entre porqué, por qué, porque y por que:

Porqué es un sustantivo, sinónimo de “causa”, “motivo” o “razón”: «El responsable de fotografía de la casa de subastas explica el porqué de su valor», que puede ir también en plural: «Los porqués del entrenador no tienen sentido».

Por qué es la combinación de la preposición por y el interrogativo qué: «¿Por qué no aumenta el número de vivienda protegida?»; se reconoce si se le agrega la palabra razón: «Le preguntaron por qué (razón) ingresó al club».

Porque es una conjunción que equivale a puesto que, dado que, ya que...: «Es difícil porque hay tres equipos más de un nivel muy alto». También puede tener valor de finalidad con un verbo en subjuntivo, equivalente a para que: «Hizo lo que pudo porque (o para que) su trabajo fuera excelente». En este caso, también es válida su escritura en dos palabras.

Por que es la combinación de por y el pronombre relativo que y se reconoce fácilmente porque siempre se puede intercalar un artículo entre ellos: «Ese es el motivo por (el) que decidió no ir».
También puede tratarse de la preposición por exigida por verbo, sustantivo o adjetivo, y la conjunción que: «Se preocupa por que no le paguen nada» (preocuparse por algo).

Fuente: Fundeu
jueves, 2 de agosto de 2012

Traductor vs. Intérprete


Ser traductor o intérprete son dos cosas muy diferentes. Antes de comenzar la carrera, y lo acepto, pensaba que eran la misma cosa y que en mi mundo mágico existía el traductor simultaneo o consecutivo. Una vez que ingresé a la universidad, en la primera charla de bienvenida, mis dudas o mejor dicho mi errónea creencia fueron despejadas.  La profesora que nos dio la bienvenida fue muy clara desde el inicio: “el traductor trabaja por escrito, el intérprete trabaja de forma oral”. Tan simple como eso, pero tan poco divulgado. Si bien es cierto, en el Perú nos centramos más en la carrera de traducción y dejamos de lado la gran labor de los intérpretes, estos últimos tienen que ser personas con múltiples habilidades y destrezas para lograr de forma breve y concisa y con pocas herramientas la mejor comunicación entre un grupo de personas.  Debo admitir que mi labor está más ligada con la traducción, me gusta más, me gusta la seguridad de poder consultar, de voltear las hojas de un diccionario, de buscar, de investigar; ser intérprete en acción no te deja ese “tiempo”, y debes ser ágil y rápido en tus intervenciones, casi sin pensar, ganándole a los segundos.



Ambos somos instruidos de la misma manera para movernos en ámbitos diferentes, es por eso que la traducción e interpretación no son sinónimos. El traductor usa sus libros, mientras que el intérprete usa su experiencia; el traductor usa sus palabras escritas, mientras el intérprete usa sus palabras orales; el traductor tiende a ser un tanto ermitaño, mientras que el intérprete es por lo general sociable. Muchas más diferencias que viven dentro del mundo de las lenguas y debemos inculcar y dar a conocer a las personas quienes muchas veces los meten dentro de un mismo saco.

Ambos merecen respeto, ambos merecen conocimiento.

Multilingua!

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